
LA MUERTE DE LAS ESTRELLAS: UNA REVISIÓN BREVE SOBRE EL SÍNDROME DE DESGASTE DE LAS ESTRELLAS DE MAR
Quirama Molina Maria Gabriela, Pontificia Universidad Javeriana. Asesor: Dr. José Arturo Sánchez Paz, Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CONACYT)
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Durante el 2013 y el 2017, las estrellas de mar (Asteroideas) sufrieron una mortandad masiva que afectó al menos a 20 especies. Este evento se presenció en las costas del Pacífico Norte, entre Alaska, Canadá, Estados Unidos y México. Además, en la costa Atlántica de Estados Unidos, también se reportó la mortalidad en estrellas de mar. Esta catástrofe fue provocada por una enfermedad conocida como el Síndrome de Desgaste Idiopático de Asteroideos (AIWS, por sus siglas en inglés). La causa de este síndrome se le había atribuido a un densovirus denominado como Densovirus asociado a las estrellas de mar (SSaDV, por sus siglas en inglés).
Recientes estudios han demostrado que el SSaDV se encuentra en individuos sanos de otras especies afectadas, por lo que se sugiere que este densovirus no es el agente etiológico de la enfermedad. En el atlántico, se ha descubierto un nuevo densovirus genéticamente similar al SSaDV, este nuevo densovirus fue aislado de especies silvestres, por lo que se cree que hace parte del microbioma de las estrellas de mar y no está implicado en la enfermedad. Por otro lado, se han observado algunos protistas y bacterias durante el desarrollo del AIWS. Así entonces, la amplia gama de microorganismos asociados al microbioma y la posibilidad de más de un agente etiológico del AIWS empezó a ser objeto de estudio hasta la fecha.
Los factores ambientales se han visto fuertemente asociados a la enfermedad. Algunos estudios reportan que las altas temperaturas exacerbaron el síndrome ya que disminuia la respuesta inmune de las estrellas de mar, mientras que, otros explican que las bajas temperaturas no impiden la propagación del AIWS, pero enlentecen los síntomas. La presencia de estrellas de mar en cerca de zonas urbanas se vieron altamente afectadas a diferencia de las que no. Por tanto, algunos investigadores sugieren que los factores antropogénicos como contaminantes y toxinas contribuyen al impacto del AIWS. Asimismo, los factores ambientales también influyen en la sintomatología del AIWS, ya que por ejemplo, el síndrome en el Pacífico se muestra con algunos daños distintos entre especies, y en el Atlántico se ha informado que se presenta en un tipo crónico y agudo de la enfermedad.
Asi entonces, los estudios sobre este síndrome han aportado diferentes puntos de vista y nuevos conocimientos, por lo cual, esta revisión tiene como objetivo integrar y analizar en forma crítica y sintetizada la información sobre el estado actual del conocimiento de las asociaciones microbianas, respuesta inmune y factores ambientales que condujeron a la epizootia de vida marina más grande hasta hoy, conocida como Síndrome de Desgaste Idiopático de Asteroideos (AIWS).
METODOLOGÍA
Se realizó una investigación pura documental. Se usaron 5 bases de datos (Google Scholar, JSTOR, Scopus, Web of science, Science Direct, Wiley Online Library) para la búsqueda de artículos científicos, artículos de revisión y capítulos de libros, de preferencia en los últimos 6 años, enfocados en las áreas de ecología, patología, microbiología y biotecnología sobre las estrellas de mar (Asteroidea) del Pacífico y Atlántico norte y el AIWS. Se filtró la información por medio de palabras claves alternativas como: Wasting disease, syndrome, AIWS, SSWD, mass mortality, marine viruses, parvoviruses, densoviruses, sea star, asteroidea, atlantic, pacific, echinoderm, temperature, ocean warming, climate change, microbiome, metagenomics.
CONCLUSIONES
Los estudios demuestran que, Pycnopodia helianthoides es la única especie 100% susceptible al densovirus (SSaDV) como agente causal del síndrome. En otras especies, SSaDV puede estar implicado en la enfermedad, pero no es el único agente causal, ya que está presente en individuos sanos. SSaDV solo se encuentra en el Pacífico norte. Por otro lado, Vibrio sp. es una bacteria común del microbioma de asteroideos al igual que los densovirus. Asimismo, hay otras bacterias y protistas patógenos y oportunistas implicadas en el AIWS.
Las altas temperaturas que se presentaron durante el 2013 y 2015, tanto en el Pacífico como en el Atlántico, debilitaron el sistema inmune de los Asteroideos. Además, los cambios abruptos de temperatura, periodos largos de desecación y llegada de toxinas antropogénicas en agua dulce promueven la enfermedad y causan mayor estrés en las estrellas de mar. Estos factores se consideran los más comunes a lo largo del rango geográfico del AIWS.
Las temperaturas frías no han evitado que el AIWS afecte, sin embargo, durante estos periodos los síntomas pueden ser menos leves. El MgCl2 podría ser potencial para enlentecer los síntomas combinado con temperaturas muy bajas. Gracias a los avanzados estudios metagenómicos y uso de diferentes técnicas de PCR, actualmente se sabe que el síndrome es causado por una disbiosis microbiana y puede tener diferentes agentes etiológicos. La transmisión de la enfermedad entre las zonas más lejanas del Pacífico, como algunas playas en Alaska e incluso los reportes en el Atlántico, continúan siendo un misterio. Por lo cual, no se tiene certeza si el cambio climático durante 2013 y 2017 haya sido la fuerza conductora del síndrome, pero se sabe que contribuyó a la susceptibilidad de las estrellas de mar.
Finalmente, son importantes nuevos estudios con herramientas modernas para evaluar la respuesta inmune en estos organismos marinos. Asimismo, la revisión alienta a futuras investigaciones para conocer como las estrellas de mar se están adaptando al cambio (a nivel genético y fisiológico) para adquirir mayor resistencia a eventos futuros, como el caso de la buena recuperación de P. ochraceus, y la lenta recuperación de la estrella de mar más rápida del Pacífico, P. helianthoides. Igualmente, es importante seguir indagando sobre los microorganismos asociados al síndrome, ya que durante estos últimos años se han descubierto nuevos virus y protistas, lo que permite una visión más amplia de lo que sucede en el microbioma de las estrellas de mar, y contribuye al conocimiento general de los microorganismos marinos.